sábado, 28 de julio de 2018

Celebración de la Pachamama en la UNQ


Invitamos a todxs este miércoles 1 de Agosto de 2018 a las 10 hs, en el Patio de las Esculturas de la Universidad Nacional de Quilmes a celebrar la Pachamama, convocada por el Proyecto de Extensión Universitaria "El buen vivir en nuestra Comunidad Imaginada" perteneciente al Programa CREES - ICOTEA. La celebración estará a cargo de los hermanos y compañeros Pablo Quival y Nicolás Vinaya.

viernes, 27 de julio de 2018

Taller en Mocar de Berazategui sobre "el mundo que nos enseñaron"

El último miércoles 25 de julio el proyecto de extensión universitaria de la UNQ "El buen vivir en nuestra Comunidad Imaginada" desarrolló el taller "el mundo que nos enseñaron en el Movimiento Nacional de Trabajadores Cartoneros y Recicladores (MOCAR) de Berazategui. El evento propuso por un lado, una reflexión sobre el territorio y la representación del mundo, para visibilizar los diversos aspectos de la historia civilizadora y la cultura territorial impuesta de los imperios hegemónicos mundiales que avasallaron y avasallan contra toda representación de independencia económica, sobre los países latinoamericanos y por otro lado el análisis de los formatos de mandato político que gobiernos conservadores, representados por el cipayismo local, atentaron y atentan contra la soberanía política de los países de la Patria Grande. Poniendo énfasis en la emancipación de nuestro pensamiento geopolítico, el taller estuvo a cargo de la compañera Lic. Claudia Falvo y el compañero Lic. Miguel Giorgio, veterano de Guerra de Malvinas.






sábado, 14 de julio de 2018

Presentación del TRABAJO DE MAESTRÍA del compañero Ariel Hartlich "LA COMUNIDAD IMAGINADA POR LA COMUNIDAD ORGANIZADA. LA PRODUCCIÓN CARTOGRÁFICA DURANTE EL PRIMER PERONISMO (1943-1955)".



COMPARTO LA PRIMERAS PALABRAS DE MI TRABAJO DE MAESTRÍA "LA COMUNIDAD IMAGINADA POR LA COMUNIDAD ORGANIZADA. LA PRODUCCIÓN CARTOGRÁFICA DURANTE EL PRIMER PERONISMO (1943-1955)".....

Palabras preliminares

Por Ariel Hartlich

A mi egreso de la Escuela de Educación Técnica número 2 de Quilmes “Paula Albarracín de Sarmiento”, popularmente conocida como “El Chaparral”, inauguré mi titulo de Técnico Químico en una curtiembre de la localidad de Sarandí sobre la calle Maradiaga. Dentro de esa planta industrial, en un ambiente atestado de anilinas, cromo y corrosivos vapores, compartí innumerables jornadas con Luís “Prensa” Casas, quien me describió como un croquis a su Sumampa natal y su esplendoroso cielo, el que estuvo siempre negado en la miope visión escolarizada del mundo que yo llevaba a cuestas, ya que para observar esos astros es necesario arraigar los pies en la tierra del bombo legüero. “Prensa” me habló encumbrado en el propio terruño, como un amplio y fraternal abrazo del majestuoso firmamento santiagueño capaz de dar cobijo a seres formidable, como al propio Homero Manzi en el cenit de Añatuya.
Es posible que esas constelaciones sean en definitiva la referencia apropiada para lanzar sobre Buenos Aires la palabra de un espacio sin contaminación urbana, ni luces de neón, en donde la realidad no transmuta en espejismo publicitario o escolar, sino que se yergue en exclusiva vivencia y saber. De esta manera, junto a la memoria de Luís, me envuelvo en recuerdos, rodeado de los eternos compañeros curtidores con quienes vivenciamos un centenar de quincenas a mediados de los años 80’ y perduran rodando al compás de pesados fulones, esos gigantescos toneles de madera que giraron incesantemente para curtir pieles de descuartizados bovinos. Resultando el cuero producto final, y destino inevitable del desprevenido ganado que alguna vez pastó en la fértil pampa argentina a la luz del nunca fenecido modelo agroexportador, que niega grandeza e infunde una turbia resignación pastoril en las conciencias argentinas.
Entre el fulón en movimiento y los recuerdos Sumampa me instruí en rotar la materia, y también las ideas en una unidad indisoluble. Dentro de ese contexto también conocí las voces de Montevideo y del monte chaqueño, de Villa Corina donde alguna vez amanecí junto a la neblina de una Avellaneda proletaria que resistía. Tucumán, Jujuy, Entre Ríos, Formosa, la Pampa, todos los lugares de la Patria dieron vuelta entre los cueros y mi cabeza ultra movilizada por el amanecer democrático, el juicio y castigo a los genocidas de la dictadura cívico militar y la guerra contra el imperialismo inglés. En ese vertiginoso devenir un viejo militante comunista, de apellido García, atento a los tumultuosos interrogantes que me acompañaban pugnando por saber hacia donde iba mi gente, me entregó un ejemplar de El medio pelo en la sociedad argentina, una obra que aterrizó mis ojos al ras del suelo, desde donde se debe mirar la realidad, como lo hizo Prensa al observar la estrella que arribó a su cenit, orientando su camino.
Desde entonces, amigos y compañeros invalorables, y de los otros, sumaron en mi rasgado morral cuantiosas obras, como La Comunidad Organizada o el Manual de Conducción de Juan Domingo Perón, los que en alguna ocasión me proveyó un ex dirigente de la UOMRA, que en los años 80´ sobrevivía como un humilde vendedor ambulante que viajaba en bondi y nunca se inclinó hacia el norte. Al mismo tiempo, junto a los escritos de Leandro Alem e Hipólito Yrigoyen, que empañaron mis ojos con la emoción de una juventud que bregó por no doblarse, modelaron mis neuronas eternos pensadores como Arturo Jauretche, Raúl Scalabrini Ortíz, Manuel Ugarte y José Martí; quienes alzaron mi vista y siempre acompañan mis pasiones junto a poetas como Celedonio Flores, Manuel J. Castilla, Nicolás Guillén o Luis Alberto Spinetta.
Con todo esto quiero decir que en mi texto siempre subyace el genio de El hombre que está solo y espera, al que llevo a cuestas con la firme convicción de que todo el arte de la vida está en “atreverse a erigir en creencia los sentimientos arraigados en cada uno, por mucho que contraríen la rutina de creencias ya extintas”. Porque en definitiva este trabajo intenta dar testimonio de una Patria que aún tiene que soportar la humillación de la imposición colonial en su territorio y engrillar su destino los burdos preceptos de la división internacional del trabajo.
Además, deseo reconocer el apoyo fundamental que recibí de innumerables personas que me permitieron llevar adelante esta tarea. Entre ellas se encuentra el Veterano de la Guerra de Malvinas Miguel Giorgio, con quien nos encontramos enredados desde hace años entre los mapas y la descolonización de nuestra cultura. De la misma manera hago llegar mi infinita gratitud a todos y todas los/as que han compartido la experiencia del curso “Entre la colonización pedagógica y la Patria Grande”, quienes nutrieron siempre mi pensamiento con ideas nuevas.
Asimismo debo destacar la valiosa contribución de los/as compañeros/as y amigos/as Gabriel Fernandez Gasalla (Gabi FerGa II), y las extensas charlas compartidas en el éter; Guillermo “Cuco” Ñañez (Guillermo Daniel Ñáñez), que siempre encuentra el libro preciso; Pablo Quival, que le dio sentido al cielo austral y está siempre en lo alto como Chacana para acariciar mis oídos desde el ancestral legado Aymara; a los integrantes del Grupo Choiols de La Plata, especialmente a Patricia Knopoff (Pato Santicia Forastero) y Daniel Badagnani que me enseñaron a pararme en la cima del mundo camino hacia la emancipación; a Néstor Coria y Mariano Memolli que compartieron gentilmente toda su experiencia antártica, me aportaron valiosísima bibliografía e invalorable fraternidad; Diego Dellagiovana (Diego Hernán Dellagiovanna), que abrió un espacio en la UNQ para que podamos desarrollar una importantísima experiencia de reflexión decolonial; Barbara Aguer, que nos sumó junto a Miguel Giorgio a la valiosa experiencia que llevó adelante la EDENA para revisar nuestra cartografía; al equipo de FinEs II Quilmes, básicamente a Alejandra Mingrone, Silvia Korondi (Silvia Graciela Korondi) y Belkys Gómez, quienes confiaron en mí y me permitieron concretar un proyecto didáctico donde pude obtener una experiencia fundamental para encarar esta investigación; al Padre Alberto Montiel, con quien escudriñamos algunos pormenores de la cultura de Nuestra América entre la bruma habanera; Nicolás Rodriguez (Nico Rodriguez), que tradujo fielmente las citas en lengua extranjera superando mi rudimentario y desafecto inglés; y Ángel “Mingo” Pizzorno (Angel Pizzorno), que siempre me dio el comentario apropiado y extendió la experiencia de repensarnos como nación soberana a toda la militancia quilmeña. Igualmente quiero agradecer la total colaboración que recibí por parte del personal de la Biblioteca del Congreso de la Nación y en particular a las encargadas de la sección de colecciones especiales en donde se encuentra la Biblioteca Peronista, quienes han demostrado una disposición absoluta para apoyar la investigación histórica poniendo en juego toda su pericia y conocimiento sobre el material existente; de la misma manera quiero reconocer a los y las trabajadores/as de la Biblioteca del IGN “Coronel Manuel J. Olascoaga”, del Archivo Histórico de Geodesia del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos de la Provincia de Buenos Aires; del Instituto Nacional Juan Domingo Perón; de la biblioteca “Emilio Ravigniani”; y de la Biblioteca Nacional “Mariano Moreno”.
Por último quiero expresar mi absoluta gratitud a cinco seres con quienes estaré eternamente en deuda por la orientación, aliento y dirección que generosamente me brindaron durante todo mi trayecto académico, aporte sin el cual jamás podría haber concretado este trabajo; me refiero a Osvaldo Graciano, coordinador de la orientación en historia de la Maestría en Ciencias Sociales y Humanidades de la UNQ, que siempre estuvo atento a mi desempeño y de quien permanentemente recibí un total apoyo; a Mariana Cabrera, Directora de Posgrado de la UNQ, quien en todo momento estuvo dispuesta a resolver las más diversas situaciones y organizar mis dispersos actos administrativos, los que de alguna manera también fueron víctimas del grave accidente que sufrí hace unos años; a Gustavo Vallejo, Codirector de Tesis, que no dejó ningún detalle sin atender y resultó un aporte vertebral en toda mi obra; a Julio Burdman, Director de Tesis, que le dio sentido geopolítico a mi proyecto y a toda mi investigación; y al Maestro Norberto Galasso como un faro que alumbra mi turbulenta travesía hacia el sur.









martes, 10 de julio de 2018

El mundo que nos enseñaron


El proyecto de extensión universitaria de la UNQ "El buen vivir en nuestra Comunidad imaginada" convoca al taller sobre otras miradas del mundo. Un espacio en tiempos de emancipación, hacia una didáctica del mundo en la Argentina bicontinental de la Patria Grande.
Por el taller a realizarse en el MOCAR de calle 148 entre 15 y 15A  a las 18hs del día 25 de Julio de 2018 se entregaran certificados de asistencia. 
Pueden inscribirse en el siguiente enlace:



domingo, 1 de julio de 2018

Festividad “Año nuevo de la Naturaleza y de los Pueblos del Hemisferio Sur”

La celebración indígena en Quilmes, tuvo su centro con el solsticio de invierno en el hemisferio austral e inauguró el año nuevo que las culturas andinas conmemoran como su supuesta antigüedad.
La festividad, denominada “Año nuevo de la Naturaleza y de los Pueblos del Hemisferio Sur”, tuvo su lugar en la Plaza San Martín de Quilmes y participaron movimientos políticos y sociales de la zona junto al proyecto de extensión universitaria de la UNQ "El buen vivir en nuestra Comunidad Imaginada". Esta celebración además fue reproducida en cientos de lugares considerados sagrados a lo largo y ancho de nuestro país y de toda la Patria Grande.